TRISTE REALIDAD, MUERE EL GANADO CAPRINO POR FALTA DE AGUA
Son alrededor de 50 puesteros que viven en los campos de Cochagual Sur y Guanacache, y zonas aledañas, en Sarmiento.
La situación tiene acorralados a unos 50 puesteros que desde hace décadas entregan buena parte de su vida a la cría de animales entre las pasturas duras de los extensos campos de Sarmiento. Viven en la zona de Cochagual Sur y Guanacache, y zonas aledañas. Aseguran que la situación se tornó insostenible en el último año, cuando la sequía se agravó y no registraron lluvias.
La mayoría cría ganado caprino y los menos tienen vacas. Pero la falta de agua ha provocado que los animales se desplomen y mueran de la sed.
Por tratarse de puestos que quedan en medio del desierto, el agua la mayoría la acumula en “aguadas” (grandes piletones) o hasta piletas de lona tipo “pelopincho”. Cuando llueve se llenan de manera natural, de lo contrario necesitan que camiones cisterna ingresen por huellas y descarguen el líquido elemento.
DIARIO DE CUYO habló con un puñado de productores que afirmaron que ese servicio lo brinda el municipio de Sarmiento, pero de forma muy esporádica y piden que sea más frecuente. “No alcanza, los animales se nos mueren. Necesitamos ayuda urgente”, dijo Francisco, que con su voz calma pide que le tiendan una ayuda a él y a otros productores que ven como se desvanecen sus cabras sedientas.
“Vivimos de criar animales que después vendemos, toda la vida hicimos esto. Hace como un año que no llueve, es insostenible”, agregó Oscar González.
Ninguno es un gran hacendado, para nada, la mayoría tiene planteles de entre 30 y 50 cabezas. Aseguran que en el último año se les murió alrededor del 30% de los animales. Algunos mueren en los corrales y otros en pleno campo.
A la falta de agua, se suma el problema con las pasturas, Claro, sin lluvias lo que crece en el campo es pasturas más bien duras y cubiertas de tierra. “Comprar fardos cuesta entre 2.000 y 3.000 pesos, es mucho para nosotros. Hacemos esto para vivir, ninguno se llena de plata”, contó otro puestero.
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