ROBO CIBERNETICO A UNA DOCENTE CAUCETERA Y LE SUSTRAJERON DE SU CUENTA 200 MIL PESOS

Una docente de Caucete denunció que su cuenta bancaria fue vaciada por alguien que con su dinero hasta pagó el servicio de Netflix, una multa de tránsito y una carga de combustible en una YPF, débitos que se hicieron desde Buenos Aires.

La víctima, llamada Rosana Montaño, no se explica cómo es que se adueñaron de sus datos para realizar al menos ocho operaciones que le significaron perder algo de $200.000, una suma no muy alta en estos tiempos pero sí de mucha importancia para ella. “Hoy por hoy los sueldos son bajos y todo cuesta mucho. Había ahorrado mucho ese dinero para arreglar un poquito mi casa. Necesitaba comprar hierros y otras cosas y ahora me quedé sin nada”, se quejó.

Según su relato, los problemas comenzaron el último lunes. Dijo que ese día por la mañana hizo compras en dos ferreterías y una farmacia de Caucete, y que en los tres comercios abonó con su tarjeta de débito del Banco San Juan, donde tiene una caja de ahorro en la que todos los meses le depositan su sueldo de docente.

Para su sorpresa, desde esa tarde empezaron a hacerse débitos hasta que su cuenta quedó casi vacía, con apenas $1.500,14. De eso se dio cuenta recién el miércoles por la noche, y desde el home banking pudo saber que las operaciones se hicieron en Buenos Aires y que algunas fueron un tanto insólitas, como un pago de $3.304,26 a Netflix, otro de $30.630 para saldar una multa de tránsito y una carga de $4.601,39 en una YPF. Además, le figuraban compras por $61.260 y por $67.219,77 en un comercio llamado “Provincia Net” y otros descuentos de $10.000 y de $20.525,86. Mientras que también realizaron una extracción en efectivo, de $10.000.

“Esto que me pasó es para volverse loco, imaginate quedarte sin un peso, es muy feo. Uno tiene el dinero ahí para que esté cuidado… siento mucha bronca e impotencia”, dijo la docente. El jueves por la mañana fue a la sucursal que el banco tiene en Caucete e hizo el reclamo. Mientras que ayer radicó la denuncia en la seccional 9na, desde donde iban a dar intervención a Defraudaciones y Estafas.

“¿Cómo alguien hizo uso de mi cuenta en Buenos Aires? ¿Quién tiene acceso a esa información confidencial?”, se preguntó la víctima, con mucha molestia. Y afirmó que es muy cuidadosa con las estafas y que nunca había tenido problemas. “Yo no he atendido llamadas, no he pasado ningún dato. ¿Y la seguridad del usuario dónde está? El banco me tiene que dar alguna solución”, pidió.

Una de las posibilidades, según Montaño, es que le hayan tomado fotos a su tarjeta cuando hizo las compras ese lunes, o que hayan copiado los datos una vez que el plástico quedó registrado en alguna cámara de seguridad. Aunque lo consideraba poco factible.

“Yo necesito mi dinero, si no tengo solución tendré que ir más lejos”, completó, muy enojada.

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