Laura Noemí Figueroa, la falsa médica acusada de estafar a tres obreros prometiéndoles trabajos en empresas mineras, deberá pagar una importante reparación económica. El acuerdo se alcanzó en una audiencia celebrada este jueves 21 de noviembre de 2024. De esta manera, la sospechosa evitó ser condenada y terminar en la cárcel.
Figueroa llegó a un acuerdo con las víctimas y el fiscal Eduardo Gallastegui, que se materializó en una reparación integral, medida alternativa dentro de la Justicia de San Juan y que resuelve el conflicto beneficiando a ambas partes. La acusada no suma un antecedente penal y las víctimas obtienen un beneficio económico.
El juez de garantías Alberto Caballero aprobó el acuerdo que le permitirá a Figueroa evitar la prisión, pero la obligará a pagar $170.000 a cada uno de los damnificados, como reparación integral por los daños causados.
El monto total a ser abonado asciende a aproximadamente a $510.000, que Figueroa deberá entregar a las tres víctimas que confiaron en su falsa promesa de obtener un puesto en empresas mineras. Este acuerdo pone fin a una serie de denuncias que llegaron a la UFI Delitos Informáticos y Estafas, bajo la investigación del fiscal Eduardo Gallastegui.
El caso comenzó a tomar relevancia en abril de 2024, cuando los denunciantes relataban que Figueroa, quien residía en el barrio Felipe Cobas de Caucete, les ofreció conseguirles trabajo en importantes compañías mineras a cambio de una suma de dinero.
Según los testimonios, la falsa médica aseguraba tener vínculos con los gerentes de las empresas y prometía que, mediante su intervención, conseguirían un empleo bien remunerado.
Cada uno de los obreros pagó $100.000 y se sometió a estudios médicos que Figueroa requería como parte del proceso. Sin embargo, tras el pago, la supuesta médica desapareció y no cumplió con su promesa de empleo. Los afectados se dirigieron a la justicia en marzo, interponiendo denuncias por estafa. La investigación determinó que Figueroa no tenía ninguna relación con las compañías mineras y que no era una profesional de la salud, lo que dejó al descubierto el fraude.
Figueroa, al principio de la investigación, se defendió. Dijo ser inocente y acusó a su expareja de orquestar todo. Manifestó que el hombre trabajaba en la minería y conocía a los tres denunciantes, dando a entender que todo fue un complot por venganza a raíz de una disputa por la tenencia de su hija. Pero su versión de los hechos no cerró en la Justicia de San Juan y este jueves llegó a un arreglo.
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