En medio de otro día de caos, demoras y cancelaciones en Aeroparque y Ezeiza, el Gobierno le lanzó un ultimátum a los gremios aeronáuticos: si para el viernes no presentan un plan para que Aerolíneas Argentinas funcione sin conflictos, Javier Milei pedirá que la compañía entre en un Plan Preventivo de Crisis que derive en su cierre definitivo.
Según confirmaron a Infobae en Casa Rosada, la propuesta de los sindicatos deberá ser del “agrado” del Presidente porque, caso contrario, tomó la decisión de avanzar con el cierre de la empresa aérea estatal. Las imágenes de los pasajeros retenidos dentro de los aviones de otras compañías privadas fastidió al jefe de Estado, que le ordenó a su equipo que le transmita ese mensaje a los sindicalistas.
El proceso preventivo de crisis es un mecanismo que está legislado, funciona en la órbita del Ministerio de Trabajo y es obligatorio para que una empresa deje de funcionar. “El cierre no va a ser de un día para el otro, porque hay pasajeros y responsabilidades, pero el presidente espera que haya un plan serio para que los pasajeros no sigan siendo rehenes”, explicaron las fuentes.
Este miércoles, una sorpresiva asamblea de los trabajadores de Intercargo paralizó el funcionamiento de Aeroparque y Ezeiza y dejó a miles de pasajeros varados. La medida de fuerza, explicaron, es por el despido de un trabajador. En Partidas dejaron de despachar valijas y en Arribos bajaron pasajeros pero no las valijas.
La empresa Intercargo es una de las empresas del Estado, al igual que Aerolíneas Argentinas. Los gremios de ambos están en conflicto abierto con la administración de Javier Milei, por la decisión tomada de racionalizar su funcionamiento y frenar las pérdidas, que demandas multimillonarios aportes de fondos públicos en dólares para mantenerlas abiertas.
El presidente Milei durante la campaña había planteado que estaba dispuesta a cederla a los empleados o directamente a cerrarla.
Cuando empezó a escalar la conflictividad, la primera reacción que tuvo la Casa Rosada fue activar contactos con empresas del sector para testear qué interés podría haber para comprar el paquete accionario. Hubo charlas con aerolíneas de la región, pero las respuestas obtenidas no convencieron al Gobierno.
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