LLEGA AL TEATRO UNA OBRA MUSICAL BASADA EN LA DIFUNTA CORREA

No brillaba el tango como tal en aquella época de guerras civiles por el país, incluso en San Juan, cuando -según cuenta la leyenda ya bien conocida dentro y fuera de Argentina- Deolinda Correa, cargando al hijito de ambos en brazos, se entregó al desierto en busca de su amor, Baudilio Bustos, con un desenlace fatal para ella. Sin embargo, hubo alguien que trazó una conexión entre esos momentos, que hilvanó a puro sentimiento esta famosa leyenda sanjuanina y el alma del 2×4, que trascendió los tiempos como testigo de tantas historias… Bien podría haber sido la de Deolinda una de ellas. Entonces empezó a tomar forma “DiosLinda’, no un tango dedicado a ella, sí una obra conceptual de danza inspirada en la Difunta Correa, que apela al tango -entre otros lenguajes musicales y coreográficos- para poner de relieve la determinación y el tesón de las mujeres que lo dan todo por amor. Y, por extensión, de todas las personas que así lo hacen.

Creada por Sergio Molini -bailarín de tango, profesor y coreógrafo sanjuanino radicado hace años en Bruselas, discípulo de Juan Carlos Abraham-, fue él en persona quien hace tiempo comenzó a montarla con el Ballet San Juan nuestro tiempo, que dirige Gerardo Lecich y que integra Marian Abraham, hija del recordado bailarín, maestro y coreógrafo. Hace un año mostraron un avance en el Teatro Sarmiento y luego continuaron el proceso a distancia, hasta hace unos días, que Molini regresó para volver a reunirse con el elenco y ajustar los últimos detalles. Misión cumplida, el próximo 25 de julio en el Cine-Teatro Municipal de Capital, concretarán finalmente el estreno de la obra completa, que anida en “Tango, testigo de vida 2′, donde el canto y la música de Belén Ramet y Jonatan Vera introducirán a los espectadores a esta particular mirada.

“Está inspirada en la Difunta Correa, me parece que todas las mujeres tienen una parte de ella, de ese amor… El tema principal es el amor. Fue una locura caminar por el desierto con un niño en los brazos, pero el amor que tenía, infinito, la llevó a eso… Admiro lo que hizo, ese amor me inspiró porque hoy las cosas son tan distintas, es muy raro ver gente que se la juega por amor’, reflexionó en voz alta Molini en diálogo con DIARIO DE CUYO.

“La obra empieza por la muerte y termina por la vida, porque ella sigue viviendo, aquí y en todo el mundo a través de quienes creen en ella’, agregó el coreógrafo, que se confesó “muy devoto’ de la “Difuntita’. “No se habla del mito, de la creencia; sino que aprovechamos esta historia tan conocida, tomamos a Deolinda como punto de partida, como referente para hablar de la fortaleza de la mujer, que es capaz de atravesar desiertos por amor. Y por extensión, de la fortaleza, del coraje y de la valentía de tantas personas que atraviesan sus propios desiertos en la vida, muchas veces sin que nadie lo sepa’, acotó Lecich.

Ya con la chispa encendida, empezó el armado de la obra. “La imaginaba, la veía en mi cabeza, le empecé a poner movimiento, fui encontrando la música… Hay tango y también folclore, música de Debussy, de Mahler, me gusta trabajar muchos géneros para plasmar lo que quiero decir…’, explicó Molini, para quien -dijo- siempre es “un enorme placer’ trabajar con el ballet.


Con algunas modificaciones respecto de lo que se mostró en 2023 -‘las partes grupales son ahora más importantes, por ejemplo’, apuntaron- y los correspondientes agregados para sellarla de principio a fin, 14 son los bailarines que pondrán en movimiento esta creación, que contó con el apoyo de la comuna capitalina -de la que depende el Ballet- y de France Motors; y que el coreógrafo espera hacer girar e incluso llevarla a Europa en 2025.

“Además tuvimos el aporte de Romina Pereyra (NdeR, actriz e intérprete de lengua de señas), quien en una de las canciones le dio un sentido especial al movimiento de los brazos de los bailarines. No tiene que ver con la estética, sino que tiene un mensaje verdadero’, sumó Lecich, destacando esta intervención.

“El protagonista de esta propuesta es el mensaje. Yo creo que hay que verla porque es un momento de reflexión, ese momento que necesitamos en nuestras vidas está en la obra. Hay una mirada positiva, tenemos problemas pero también fortaleza, sabemos que será duro pero tenemos la fe’, sostuvo el director del ballet.

“Cuando la vi completa me emocionó muchísimo, eso me provocó, me dieron ganas de llorar… Es un sentimiento que tengo yo, pero luego la gente decía que sentía lo mismo… Tiene una carga emocional muy grande’, concluyó conmovido su creador.

Fuente Diario de Cuyo

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