Estudiantes sacó adelante este martes en Córdoba un partido que tuvo de todo, le empató 1-1 a Boca después de haberla pasado muy mal durante el desarrollo y, por 3-1 por penales, se quedó con el pase a la final de la Copa de la Liga Profesional 2024, donde ya esperaba Vélez tras superar también por penales a Argentinos.
El gran pecado de Boca en lo que siguió fue florearse olvidándose del arco contrario. El inicio del complemento fue su mejor momento, le salían todas ante un rival sin reacción, mientras en el marcador apenas aventajaba por un poroto. Eduardo Domínguez metió mano a los 15 y el ingreso de Edwin Cetré, que no integró el once porque llegaba tocado, comenzó a emparejar las acciones. Igual, los de La Ribera tuvieron dos chances con Medina, una salvada en la línea por el ingresado Eric Meza y la otra sin puntería.
Pero a los 26, uno de esos errores carísimos cambiaría del todo el rumbo del partido. Un centro llovido al área derivó en un patadón a la cabeza de Cristian Lema a Tiago Palacios. Inentendible porque lo tenía de frente y estaba amonestado. Penal y expulsión, para que a los 30 Cetré le reventara el arco a Romero con un sablazo a su derecha.
En lo que siguió mandó el León, con un Boca que parecía apostar todas sus fichas a su amplia experiencia en penales. Chiquito solo debió volar ante otro cabezazo peligroso de Carrillo, y el tiempo se esfumó.
Desde los doce pasos, Mansilla atajó el primero ante Edinson Cavani, pero enseguida se repuso Romero frente a Cetré. Merentiel también falló con un tiro al travesaño y afuera, y después no perdonaron ni Eros Mancuso ni Carrillo para los platenses. Zenón hizo los deberes pero Nicolás Figal volvió a caer en las manos de Mansilla, otra vez tapando a su izquierda. En el disparo definitorio, Mauro Méndez lanzó a la izquierda de Romero y lo dejó sin chances. Final emotivo en Córdoba para un Estudiantes que se llevó su premio a no dar nada por perdido.
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