PRIMERA CRISIS EN DIPUTADOS,LA PELEA POR LAS VICEPRESIDENCIAS, TERMINO EN CUARTO INTERMEDIO

Por la atomización de los bloques y la división de Juntos por el Cambio, el recinto se enfrascó en una discusión que puso en aprietos al flamante titular. Karina Milei y “Lole” Menem, invitados VIP.

Martín Menem ya había asumido como presidente de la Cámara de Diputados cuando miró hacia el palco central del recinto y envió un saludo con su mano derecha. Allí estaban Karina Milei, hermana de Javier Milei, y Eduardo “Lole” Menem, sobrino del expresidente noventista. “Ellos fueron los arquitectos de esto”, les dedicó el flamante titular de la Cámara baja cuando tomó la palabra y, rompiendo con la tradición parlamentaria, leyó su primer discurso. 

A cuatro días de la asunción en el poder, el nuevo oficialismo impuso a un legislador propio al frente de Diputados –cuarto en la línea sucesoria– en la misma sesión donde se renovó la mitad de las bancadas, con el crecimiento exponencial del bloque de La Libertad Avanza: saltó de tres a 38 bancas propias. 

Pero rápidamente el control del recinto entró en crisis por lo atomizado del cuerpo de 257 legisladores. Cuando se tuvo que votar la integración de las comisiones permanentes, quedó expuesta la inexperiencia del flamante oficialismo y la ruptura de Juntos por el Cambio, a partir de que la soledad en que se encontró el PRO luego de que los radicales, la Coalición Cívica de Elisa Carrió y los peronistas disidentes encabezados por Emilio Monzó y Miguel Ángel Pichetto conformaran un “grupo de bloques federal” de tercera vía. 

La discusión había comenzado en el momento en que la cámara se disponía a completar sus autoridades. UP propuso a Cecilia Moreau como vicepresidenta primera, el “grupo de bloques” nominó a Julio Cobos y el PRO, cuando le tocó su momento, se llamó “a reserva” para ungir al vicepresidente tercero. Pero cuando se planteó la integración de las comisiones, un cambio en el criterio –si por sistema D’Hont por bloque o por interbloque– trabó la sesión preparatoria.

“No es buen comienzo suyo si no ordena esta situación”, le reprochó Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, ahora en la oposición, a Menem por lo trabado de la discusión parlamentaria que pasó a un cuarto intermedio. Martínez había logrado un acuerdo propio con Menem antes de la sesión, al igual que el macrista Cristian Ritondo. Habían sido reuniones bilaterales, aunque afuera habían quedado el resto de los bloques minoritarios, que para el nuevo oficialismo serán clave para avanzar en cualquier iniciativa parlamentaria.

“Hoy se lo comieron de entrada con una cosa chiquita”, planteó por lo bajo un diputado peronista con experiencia sobre el rol de Menem. Finalmente la definición será por bloque y por D’Hont. “Hubo acuerdo PRO-K”, lo bautizó un lilito. Ahora quedará por resolver el poroteo finito de qué diputados integrarán las comisiones, los cuerpos legislativos donde se discute específicamente cada ley. Eso será un momento de negociación política frenética, porque el kirchnerismo es la primera minoría con el 40% de las bancas y el oficialismo es un grupo minoritario con alianzas fluctuantes con el resto de las fuerzas.

La foto del recinto tuvo en el revés la fractura total de JxC, ya que el nuevo interbloque a punto de cristalizarse quedaría en la posición de segunda minoría detrás de UP. “Lo que se vio acá es la ruptura de Juntos por el Cambio. Ahora el PRO, si no quiere quedar detrás de la UCR, está obligado a aliarse con los libertarios, y cuando pase eso se van a ir de allí los larretistas”, afirmó con cizaña un operador peronistas en el pasillo de Diputados contiguo al recinto, que se llenó de ruido político durante el cuarto intermedio. “Nosotros estamos bien, ya vamos a definir a nuestra vicepresidencia. La unidad es del PRO, ellos se fueron”, comentó por lo bajo una flamante diputada amarilla, mientras pedía un café en el bar de la cámara.

Frente a un oficialismo que suma menos de 40 bancas, UP alcanza las 101. La división de JxC plantea dos nuevos grupos: 50 que responden a la idea federal de UCR-CC-Monzó, frente a 40 del PRO, a su vez repartidos en tres tercios: una porción de Ritondo, otra referenciada en Patricia Bullrich y la tercera pata de Horacio Rodríguez Larreta. El resto son bancas provinciales y bloques unipersonales. “Armaron camorra para ponerlo a prueba a Menem. Pero tienen que tener cuidado, tienen que saber que el sistema que te trajo hasta acá no sirve hacia adelante”, remarcó un amarillo sobre el saldo de la primera jornada parlamentaria.

A tono con Milei, Menem adelantó que propondrá para la Cámara baja un fuerte ajuste. “Hay que regularizar y dinamizar el Parlamento. Vamos a reducir los gastos de esta cámara”, dijo el flamante presidente de Diputados. Cerró con un guiño libertario: “Que las fuerzas del cielo guíen nuestra acción”.

“La verdad no sé qué decir”, se llegó a escuchar a una diputada libertaria, ajena a la discusión política que se pingponeaban entre los peronistas, macristas y radicales, con Menem solo oficiando de maestro de ceremonia. En medio de esa rosca, Karina Milei ya se había retirado del Congreso, al igual que Guillermo Francos, futuro ministro del Interior.

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